29/4/08

Orígenes

A veces, cuando está sediento
elije caminar por el desierto
lejos de los manantiales,
a distancia de los abrevaderos.

A veces, cuando las tripas claman
elije apartarse de los manjares,
relegarse de los banquetes,
privarse de los sustentos.

Para no olvidarse
de la razón de la sed
o del origen del hambre.

9 comentarios:

La Colo dijo...

es muy autoexigente... ¿se deja mimar alguna vez?

Adriana dijo...

Saciar las necesidades cuando están al límite es de lo más gratificante y placentero... tiene su gusto el esperar.

Polakia dijo...

Es verdad lo que dice Adriana, es de lo mas gratificante, pero muchas veces esa voracidad puede conllevar un vacio enorme.

... hola, tanto tiempo

Florecita dijo...

Volver a los Orígenes... al comer por hambre... al beber por sed... usté está muy Zen sabía...

Lo requete quiero!!!!

Z E N dijo...

Que precioso post que bajo la aparente sencilles, guarda una profunda reflexión existencial que mas que alimentar la cabeza, abre la puerta para que el espíritu salga reconfortado y libre.

Le mando un abrazo grande amigo mío, y coincido con Florecita y con Adriana para hacer una síntesis grosera de todo lo que quisiera escribirle.

Cirulaxio dijo...

Colo: no es autoexigencia... o sí... no sé.

Adriana: Estirar el límite, dejarse llevar más allá para entender el sentido y no la necesidad. Tiene su gusto esperar.

Pol!: Precisamente, evitar la voracidad, mirar el agua desde lejos aún teniendo sed, para reconocerse uno mismo cuanto nos puede saciar sólo un sorbo, y no todo el arroyo. Mirar sin instinto, ver sin mirar, verse uno mismo ante la carne y reconocer el sentido de pasarle la lengua en lugar de incrustarle los dientes.

Placer leerla siempre, sin tiempos.

Flor: Los orígenes están dentro e inevitablemente afloran.
Muy Zen? debe ser por el cotidiano beneplácito de recorrer letras esmeradas.

Y yo la requete requete.

Sr Zen: Cuando los dialectos son similares, no es necesario inventarnos nuevas palabras.
Un abrazo grande.

RMS dijo...

Es la imperiosa necesidad de recrear un afecto y conocimiento. Porque no basta solo con nombrarlo, leerlo, escribirlo, hay que vivirlo. Y se disfruta mucho más lo que ha costado tanto esfuerzo.
Saludos amigo.

fiorella dijo...

A veces es necesaria cierta autoexigencia.Un beso

Unknown dijo...

No es asunto de autoexigencia. Es asunto de recuperar los límites que algunos hemos olvidado. El protagonista del poema tiene la suerte de poder elegir a su albedrío. Si quiere se impone el hambre o se impone la sed.
La mayoría de los habitantes de esta bola a la deriva, no tienen opción. El hambre y la sed los eligen a ellos.